Laura es enfermera, matrona y sexóloga, responsable de la consulta de salud sexual en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada. Experta en salud sexual en la paciente ginecológica, hablamos con ella sobre menopausia y sexualidad
La Organización Mundial de la Salud define la salud sexual como un aspecto fundamental para la salud y el bienestar generales de las personas, las parejas y las familias, así como para el desarrollo económico y social de las comunidades y los países. La OMS considera que la salud sexual requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, sin coerción, discriminación ni violencia.
La sexualidad, pues, es una parte muy importante en nuestra vida que, por muchos motivos, no está considerada al mismo nivel que otros factores determinantes de nuestra salud integral. En nuestro blog Igualdad en Granada hemos dado el paso para tratar sobre la sexualidad durante la menopausia y lo hablamos con una experta en Salud sexual en la paciente ginecológica, Laura Cámara. Ella es enfermera, matrona y sexóloga, responsable de la consulta de salud sexual en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada y autora de Ginesex, un interesante proyecto de divulgación de salud sexual femenina que te recomendamos.
Laura nos explica que las mujeres que acuden a su consulta de salud sexual en relación con la menopausia, lo hacen porque tienen dificultades en sus relaciones sexuales, generalmente «molestias de tipo genital que se enmarcan en las relaciones sexuales».
Es uno de los síntomas que pueden aparecer en la menopausia pero afortunadamente, no en todas las mujeres, «la menopausia no es sinónimo de problemas o malestar, en algunas mujeres la menopausia será o es asintomática. Sin embargo, otras mujeres experimentan molestias en los genitales como sequedad, escozor e irritación que se traducen en unas relaciones sexuales dificultosas, porque falta la lubricación y se vuelven dolorosas, es el problema principal de las mujeres que yo atiendo», apunta la sexóloga.
La menopausia es una etapa más en nuestra sexualidad
Laura contextualiza su campo específico de trabajo, el de la sexualidad, generalmente enmarcado en una época muy concreta que relacionamos con la juventud y la belleza. Nos explica que, en general, cuando nos salimos de ese marco juvenil, por ejemplo en la adolescencia, «nos cuesta admitir que nuestros adolescentes empiezan a ser sexualmente activos y activas», y que por el contrario y en el otro extremo, una vez llegada la menopausia la sexualidad está considerada como una etapa de declive, «Se concibe como una etapa tan negativa que parece que a partir de la menopausia es normal esa afectación de la sexualidad o que nos quedemos sin esa parte sexual en nuestras vidas, y nada más lejos de esto, la menopausia es una etapa más».
La menopausia está considerada como una etapa de declive sexual, se concibe como una etapa tan negativa que parece que a partir de la menopausia es normal una afectación de la sexualidad o que nos quedemos sin esa parte sexual en nuestras vidas, y nada más lejos de esto, la menopausia es una etapa más.
Laura Cámara, enfermera, matrona y sexóloga.
La reflexión de Laura Cámara da mucho que pensar, desde su punto de vista, «La idea que tenemos de la menopausia es antigua, muchas veces nos imaginamos a nuestras abuelas, sin embargo, la mujer menopáusica hoy en día es una mujer joven, muy joven. Debemos entender que a partir de los 45 ó 50 años podemos tener menopausia y estamos hablando de una mujer a la que le quedan 30 años de vida, que se encuentra prácticamente en el ecuador de su vida. La mujer menopáusica de hoy no es la mujer menopáusica de hace unos años, evidentemente».
Hablamos sobre relaciones sexuales en la menopausia, si es más fácil disfrutar de ellas cuando se tiene una pareja estable de confianza o qué ocurre si la mujer mantiene relaciones esporádicas. Laura nos explica que una mujer menopáusica que vaya a tener relaciones más esporádicas o de repente se enamora, «imagínate que encuentras una pareja con 55 años con la que te llevas muy bien, te aporta algo nuevo», genera una «novedad del enamoramiento, en la que tienes las hormonas a tope y resulta que no tenemos ningún problema en nuestras relaciones sexuales; y es que el contexto influye muchísimo, la novedad influye, no todas las mujeres van a pasar el mismo proceso, lo que ocurre en nuestro entorno en esta época tiene un peso importante».
En cambio, Laura señala el caso de una mujer con la misma edad, también en época de menopausia, que se encuentra en una relación de pareja de larga duración y que encuentra otro tipo de retos que no se ciñen exclusivamente a la menopausia, «es una situación donde la sexualidad cambia, donde suele aparecer la monotonía; encontramos que la sexualidad con una pareja con la que llevamos 30 años tiene otros retos. Lo achacamos todo a la menopausia y todo depende de qué mujer, del proceso vital en el que se encuentre, fíjate qué dos escenarios tan distintos y como la repercusión de ambos puede ser muy diferente».
Los años pasan para todos
Laura Cámara lanza una reflexión también muy interesante y es la de que los años pasan para todos, «Parece que cuando llegamos a los 50 ó 55 años, las únicas que tenemos cambios hormonales somos nosotras y eso no es verdad». Laura nos explica que los hombres también padecen un descenso importante de la testosterona y esto genera una repercusión en su vida sexual, «pero culturalmente seguimos pensando que el hombre es siempre sexualmente activo y eso no es así. La edad pasa para todos y tenemos que adaptarnos a estos cambios obligatoriamente, no nos queda otra, y es mejor adaptarnos de una manera positiva, la madurez también aporta muchas cosas buenas: la experiencia, el autoconocimiento, la capacidad de comunicarnos mejor. A esta edad seguramente sabemos mejor qué es lo que queremos o no queremos, encontramos una generación que expresa su sexualidad mejor con 50 años que cuando tenía 25».
Laura aconseja, en el caso de las mujeres, que a partir de los 45, llegados los 50, si empezamos a notar molestias genitales como sequedad, irritación, picor; si la zona no se lubrica como antes, hagamos uso de alguno de entre el montón de productos, tanto naturales como de farmacia, que tenemos a nuestra disposición, «gracias al avance en medicina, disponemos de productos muy buenos para la salud genital. Hay que empezar a cuidarse, a mirarse, oye qué me está pasando, me voy a echar una crema, voy a preguntar qué ponerme».
Laura Cámara, enfermera, matrona y sexólogaCuando las relaciones sexuales sean dolorosas o no todo lo satisfactorias que debieran ser tenemos que buscar ayuda profesional, no tenemos que aguantar relaciones sexuales dolorosas o que no sean satisfactorias
Laura afirma con determinación que tenemos que dejar de poner estas molestias en un cajón porque nos de apuro o vergüenza preguntar, y que cuando las relaciones sexuales sean dolorosas o no todo lo satisfactorias que debieran ser, tenemos que buscar ayuda profesional, «No tenemos que aguantar relaciones sexuales dolorosas, que no sean satisfactorias bajo ningún concepto, decir esto parece una perogrullada pero a veces no es tan fácil, se mezclan muchos factores como el sentimiento de ‘tener que cumplir’, ‘pobre mi marido o pareja, cómo le voy a decir que no siempre’, ‘antes podía pero ahora no puedo’, todas estas actitudes nos hacen mucho daño, proceden de complejos culturales generados por esta sociedad y durante esta etapa surgen muchas emociones frustrantes de este tipo».
Estamos de acuerdo con Laura en que tenemos que hablar de la salud integral de la mujer madura, mujer a partir de los 40 y los 50 años, y reivindicar esta parte de la salud sexual de estas mujeres. Sus consejos son: Mantener una sexualidad activa, algo muy importante, «parece que nosotras mismas por el ritmo de vida que llevamos, llegamos a una edad y perdemos esa motivación para las relaciones sexuales; y no estoy hablando solo de las relaciones sexuales en pareja, también a nivel individual». La sexóloga entiende que mantener la sexualidad activa, la mente, el cuerpo, los genitales, una parte que es nuestra, es muy importante para mejorar nuestra calidad de vida, «es casi vital que mantengamos esa actividad sexual regular, satisfactoria; que de vez en cuando nos digamos: me voy a dedicar este ratito a buscar placer y si nos apetece, a compartirlo; en definitiva que nos mantengamos sexualmente activas».