Las memorias del cántaro: un homenaje a las mujeres de Albondón

El mural de memorias en Albondón representa a sus mujeres que, como el agua que fluía de sus cántaros, dejaron un legado imborrable. Es el trabajo colectivo del equipo HUellas Albondón que rinde un sincero y profundo homenaje a esas mujeres que con su trabajo diario y amor incondicional, construyeron un pueblo más humano.

En el corazón de la Alpujarra granadina, Albondón atesora la memoria y resistencia de sus mujeres. Desde ahora, un mural honra su pasado, rescatando del olvido a aquellas que, como cántaros llenos de agua, nutrieron la vida de este pueblo.

El cántaro, símbolo central de este homenaje, trasciende su función utilitaria para convertirse en un contenedor de historias y legados femeninos transmitidos de generación en generación. El mural, realizado por un grupo de mujeres de Albondón participantes en el proyecto HUellas de la Diputación de Granada, quiere ser un símbolo visual de la lucha de muchas mujeres por sobrevivir, la solidaridad entre vecinas y la sabiduría transmitida. Cada cántaro representa a una mujer, con su propia historia y sus desafíos. El equipo HUellas Albondón ha sido dinamizado por Beatriz Constán que nos relata su experiencia en este vídeo.

De este modo, y a través de este material creativo queremos rendir un sincero y profundo homenaje a todas esas mujeres, a las que ya no están y a las que siguen manteniendo viva la memoria de este pueblo: un espacio donde, a su vez, el cántaro se convierte en un recipiente de emociones, recuerdos y orgullo.

Al profundizar en la historia de las mujeres de Albondón, nos encontramos a muchas “anónimas” que, con su trabajo diario y amor incondicional, construyeron un pueblo más humano. Mujeres que, como el agua que fluía de sus cántaros, dejaron una huella imborrable.

Watch on TikTok

Las cinco fuentes que abastecían a Albondón en su día: la Fuentecilla, la fuente de arriba, la Fuente Nueva, la fuente agrilla y fuente suela, eran puntos de encuentro y vida social para las mujeres: el corazón del pueblo, a pesar de ser fuentes con poca agua.

En el día a día del pueblo, las mujeres iban una o dos veces al día a la fuente más cercana, con los cántaros en la cadera y un cubo de lata en la mano, para recoger agua; un preciado tesoro fundamental para cocinar, la limpieza y el aseo, para calmar la sed y refrescarse, para el riego y los animales,… 

Los cántaros, por otra parte, se vinculan estrechamente a las mujeres que los cargaban llenos de agua, historias y esfuerzos. Un objeto símbolo de sus luchas diarias: cada viaje a la fuente era una victoria, una muestra de su fuerza y resiliencia.

El agua de un cántaro daba para mucho

Llenar un cántaro podía tardar entre diez y doce minutos y, por ello, las mujeres hacían cola en las fuentes… 

“En ocasiones, las mujeres dejaban sus cántaros en la fuente y regresaban a sus casas para realizar otras tareas. Cuando creían que les tocaba el turno, volvían a la fuente. Si la cola había avanzado, recogían su cántaro y volvían a casa… A veces, la cola podía ser de quince o veinte cántaros, y cada mujer marcaba el suyo para reconocerlo fácilmente”.

Las mujeres transmitían esta tradición “de cántaros” a sus hijas, quienes las acompañaban a las fuentes con cantarillos o pipotes. Así, iban descubriendo la importancia del agua para la vida y el esfuerzo que implicaba conseguirla. 

Este mural, y las ‘memorias del cántaro’ rinde homenaje a estas mujeres, a su resistencia, coraje y valentía. Un legado vivo que nos recuerda la importancia del agua, la solidaridad y la memoria colectiva.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Telegram
Email

Más artículos

Paseo de la memoria: Las HUellas de las mujeres de Chauchina

El proyecto HUellas en Chauchina deja un ‘Paseo de la Memoria’ con un panel cerámico y biografías realizado por el equipo de mujeres que ha trabajado durante meses rescatando y plasmando el legado de sus ancestras en esta obra artística que ya forma parte del municipio.

Deja un comentario