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HUellas de esparto y lana, la resistencia y calidez de las mujeres de Moraleda de Zafayona

El equipo de HUellas en Moraleda tejió tapices como un reflejo de las complejidades y desafíos que las mujeres han enfrentado a lo largo de la historia

Os contamos el proceso de investigación y creativo del equipo de HUellas en Moraleda de Zafayona que culminó este mes con la exhibición de sus tapices y biografías de mujeres referentes en el municipio acompañadas por las dinamizadoras Beatriz Constán y Vanesa Polo, familiares, representantes institucionales municipales y provinciales. Recordamos que HUellas es un proyecto de la Delegación de Bienestar Social, Igualdad y Familia de la Diputación de Granada para recuperar el legado de las mujeres de nuestros pueblos y hacerlas visibles en su territorio, dándoles su lugar y espacio propio y podéis consultar todos los proyectos en este blog de Igualdad en Granada.

El puente de unión de este trabajo han sido las mujeres que hoy habitan este municipio. Un grupo de más de veinte mujeres que se han reunido periódicamente para, a través de sus recuerdos y memorias, rescatar la esencia de las mujeres que les precedieron, aquellas que con su trabajo y su esfuerzo forjaron la identidad de este pueblo.

Durante el desarrollo de este proyecto, el esparto ha ido apareciendo como un hilo conductor para todas las mujeres, estando muy presente en sus vidas y siendo un elemento de unión e identidad. Una fibra vegetal, por otra parte, muy arraigada a la historia y tradición de Moraleda de Zafayona. 

Las mujeres, con sus hábiles manos, se encargaban de recolectar, trenzar y transformar el esparto en una infinidad de objetos útiles y bellos, desde cestas y serones hasta alforjas y sopletes. El esparto representa un símbolo de resistencia, adaptación y creatividad. A través de él, las mujeres encontraban una forma de expresión, subsistencia y conexión con su entorno.

Este proceso creativo ha dado lugar a un tapiz colectivo que constituye un homenaje a todas las mujeres de Moraleda de Zafayona que trabajaron el esparto. Simboliza la unión, valentía y fuerza de las mujeres del pueblo. El esparto como expresión de resistencia y flexibilidad que, a su vez, reposa sobre un fondo de lana natural, muestra de la ternura y calidez de muchas de estas mujeres. Mujeres tras las que una apariencia ruda y arisca esconde un fondo amable y vulnerable. 

Cada círculo de esparto de este tapiz, con sus costuras y entrelazamientos, es un reflejo de las complejidades y desafíos que las mujeres han enfrentado a lo largo de la historia. Mujeres que, a pesar de las dificultades, siempre han sabido encontrar la fuerza para seguir adelante, y construir un futuro mejor para ellas y sus familias.

Además del gran tapiz colectivo, el equipo ha creado tapices más pequeños inspirándose en las emociones que les provocan los recuerdos de las mujeres homenajeadas, y en los que se exploran diferentes aspectos de su relación con el esparto: 

  • La importancia de la fibra para la subsistencia de las familias. 
  • La necesidad de crear objetos de uso cotidiano y las prácticas de cuidados de las mujeres hacia los objetos y sus familias. 
  • El modo de abordar el espacio de lo doméstico. 

Para complementar este homenaje han rescatado breves biografías de algunas de las mujeres de la historia de Moraleda de Zafayona más recordadas por las participantes, y que se han convertido en referentes por su modo y manera de afrontar sus vidas, ejemplo de fortaleza, cuidados, voluntad y valor. 

Esperan que este proyecto sirva de inspiración para los vecinos y vecinas del municipio, y que contribuya a visibilizar el papel de las mujeres en la historia del pueblo.

Mujeres de lana y esparto

Esta obra es un homenaje colectivo a la memoria y legado de todas las mujeres de Moraleda de Zafayona. En especial, a las que trabajaron con el esparto.  

Mujeres que con su trabajo, voluntad e incansable esfuerzo, sacaron adelante a sus familias. 

Mujeres que, con sus manos, tejieron historias de resistencias y superación.

Buscamos honrar su legado y mantener viva su memoria, a través de las técnicas ancestrales del trenzado y el tejido. 

Hemos combinado esparto y lana como metáfora que muestra los contrastes que nos ofrecen estas mujeres: 

  • El esparto, resistente, flexible y capaz de adaptarse a cualquier circunstancia. Un símbolo de la fuerza y perseverancia de esas mujeres que, a pesar de las adversidades, tejieron sus vidas con dedicación.
  • La lana, suave y delicada, representa la necesidad de búsqueda de un espacio propio, un lugar donde estas mujeres podían expresarse y encontrar un refugio. 

El esparto, con su textura y su color, nos conecta con la tierra y nos recuerda la importancia de nuestras raíces. La lana, como superficie blanca, donde la vida queda reflejada e impregnada.

Trenzadas por el esparto

«Hemos tejido saberes, sentires y memorias para construir un puente entre el pasado y el presente que rinda homenaje a nuestras mujeres”.

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Hemos trenzado la memoria de nuestras antepasadas, creando figuras y elementos que nos conectan con nuestras raíces, con nuestras tradiciones y con el saber acumulado por nuestras mujeres a lo largo de generaciones.

“Es una llamada a recordar, a no olvidar, a preservar la historia que llevamos entretejida en nuestras vidas.»

Casas de lana y esparto

«Nuestras manos entrelazan la suave lana y el resistente esparto en estos tapices”.

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La mezcla de estos dos materiales tan distintos nos ayuda a reflexionar sobre el concepto de la casa que nuestras antepasadas habitaron con un doble significado: como refugio y como prisión. A través de estos tapices, honramos sus experiencias en el espacio de lo doméstico»

La calidez de la lana “que nos abraza, nos cobija y sirve de refugio”. Frente a la rigidez y rudeza del esparto que “nos recuerda las limitaciones sociales y vitales de las mujeres que, a menudo, les imponían. La casa se revela en toda su complejidad. 

Recuerdos de esparto

Entrelazamos los recuerdos de nuestras madres y abuelas. 

De cuando las veíamos de madrugada ir a buscar esparto entre los matorrales: “volvían cargadas de manojos a sus espaldas, muy orgullosas de su labor”

En las casas, sobre todo por las noches y en los días de lluvia: “transformábamos esas fibras en soga, y creábamos objetos cotidianos que luego se vendían para así poder comprar un poco de harina, o aceite…”

“Cada ramal es un abrazo a la tierra… que nos sostenía”

“El esparto ha sido mucho más que una planta”

Hoy, estos tapices que estáis viendo se convierten en hilos imaginarios que nos conectan con ese pasado y con el esfuerzo de nuestras mujeres antepasadas. 

Nos recuerdan un tiempo en el que la vida era más sencilla, aunque también más dura. Donde el valor del trabajo, la importancia de la comunidad y la conexión profunda con la naturaleza eran el tejido de nuestra existencia.

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