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La participación de las mujeres, esa asignatura pendiente

La vicepresidenta del Consejo Provincial de Igualdad entre Mujeres y Hombres de la Diputación Provincial de Granada, Paqui Fuillerat Pérez, describe las funciones y objetivos del órgano de participación institucional

Hace muchos años que las mujeres tenemos claro que la sociedad no funciona sin nuestra participación. Así, en abstracto y también en lo concreto, no debe perderse de vista que conformamos más del 50 % de la población mundial. 

Se trata de un asunto primordial de derechos, y por tanto se encuentra regulado en el ordenamiento jurídico español a todos los niveles y por orden jerárquico, empezando por la Constitución Española y el Código Civil, pasando por el Estatuto de Autonomía y la Ley de Igualdad andaluza, hasta llegar al más de los humildes Reglamentos de participación de cualquier Consejo Provincial o Local de Igualdad.

Tan importante es la participación de las mujeres en los órganos de decisión de las grandes empresas del IBEX, como la que desempeñan las mujeres que intervienen en la gestión pública. Mención aparte requieren las mujeres que ostentan un cargo de responsabilidad política y que, a pesar de haber superado la barrera de los denominados “puestos  florero” en las listas electorales, continúan luchando contra las estructuras patriarcales que todavía imperan en los partidos políticos, al igual que en el resto de la sociedad.

Naturalmente, no podemos olvidarnos de una labor nunca valorada como profesión que durante décadas se le ha denominado despectivamente “nuestras labores” y que, en la actualidad, se compatibiliza mayoritariamente con una actividad dentro del mercado laboral haciendo que la jornada de las mujeres duplique la de los hombres. Evidentemente todo el mundo sabe que me refiero a las amas de casa.

En el día a día, muchas mujeres se convierten en las máximas responsables de la economía, adquisición de bienes de primera necesidad, la limpieza, el cuidado y la organización de actividades de las personas mayores, menores y dependientes de la familia. Eso sí que es participación activa social.

Paqui Fuillerat Pérez

Por supuesto que sabemos que no es una tarea remunerada, eso es obvio, pero, en el día a día, muchas mujeres se convierten en las máximas responsables de la economía, adquisición de bienes de primera necesidad, la limpieza, el cuidado y la organización de actividades de las personas mayores, menores y dependientes de la familia. Eso sí que es participación activa social.

Atendiendo a este contexto brevemente desarrollado, un amplio grupo de mujeres de las diferentes comarcas de la provincia, desde el día 17 de febrero de 2020 emprendimos una aventura muy ambiciosa que implicaba representar al conjunto de Asociaciones de Mujeres de nuestra provincia en la Diputación de Granada que, como todo el mundo sabe, está conformado por 174 municipios, que evidentemente, requerían intervenciones desde este punto de vista de los colectivos feministas.

Ese día fuimos elegidas por la Asamblea General del Consejo Provincial de Igualdad entre Mujeres y Hombres, órgano de participación social adscrito a la Diputación de Granada y creado en el año 2006, y nos constituimos en Comisión Ejecutiva del mismo. Nos presentamos con un proyecto profundamente ambicioso y pleno de esperanzas que la pandemia, desgraciadamente, se ha encargado de “descafeinar”; entre otras razones porque nos ha impedido lo más importante: el contacto personal y directo con nuestras representadas. A pesar de las adversas circunstancias hemos superado las dificultades, hemos conseguido mantener la coordinación y desarrollar numerosos proyectos a través de plataforma digitales, Esta Comisión Ejecutiva no ha dejado de intentar cumplir con el compromiso adquirido, con la palabra dada cuando fuimos elegidas.

Por lo tanto, a lo largo de estos dos años, todas y todos hemos tenido que adaptarnos a nuevos modelos de comunicación, a herramientas que hasta ese momento tenían una utilidad más cercana al ámbito de lo familiar, aplicándola a la actividad asociativa. Debo decir que se convirtió en una fórmula imprescindible para mantener viva la llama de nuestra iniciativa. Me refiero al uso constante del móvil, del whatsapp, del google meet o del zoom, que, aparte de obligarnos a adaptarnos a las nuevas tecnologías, han cumplido una función esencial para la coordinación de todas las imprescindibles acciones que hemos llevado a cabo. Aunque haya sido de manera virtual.

Hemos compartido información de eventos, propuestas, acciones formativas; por supuesto, reuniones de Comisión Ejecutiva y Asambleas Generales pero, sobre todo, hemos sido capaces de que iniciativas de altísima significación desde el compromiso en la Igualdad, hayan podido llevarse a la práctica de efectiva de las mujeres de la provincia granadina. 

Somos conscientes de que nos queda mucho camino por recorrer, pero también percibimos que la superación conjunta de una situación de crisis tan global nos ha hecho más fuertes para poder afrontar en inmejorables condiciones la compleja tarea de recuperar el entusiasmo y la ilusión que, aquel 17 de febrero de 2020, nos hizo vibrar y creer que juntas y unidas éramos capaces de mejorar el mundo que nos rodea. Y en ese empeño nos encontramos.  

Ya lo decía Virginia Woolf: “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”. Y en eso estamos.

                                                       

                              

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