Raquel —hija de Ana Orantes, víctima de violencia machista asesinada por su exmarido en Granada— nos cuenta sobre este libro escrito por juezas donde se recopilan relatos reales de mujeres víctimas de violencia de género. Ella ha escrito el prólogo a esta obra colectiva de mujeres que se presenta este jueves, 15 de mayo, a las 19h en la Diputación de Granada
‘Hijas del miedo’ es un libro escrito por juezas en el que se recopilan relatos reales de mujeres víctimas de violencia de género. Las protagonistas comparten cómo se sienten al enfrentarse a las agresiones y el temor de que la justicia no les crea ni actúe para protegerlas. A través de los relatos, las expertas denuncian la violencia contra las mujeres a nivel mundial y exigen políticas efectivas para su erradicación, visibilizando el sufrimiento y luchando por un cambio profundo en el sistema judicial y social. El prólogo ha sido escrito por Raquel Orantes, mujer luchadora que ha enarbolado una bandera contra la violencia de género en nuestra provincia y la ha llevado a territorio nacional e incluso en el ámbito internacional, a raíz de su historia personal. Hija de Ana Orantes, la granadina que denunció en un programa de televisión andaluz, su relato de violencia machista perpetrado durante décadas por su marido y que fue asesinada por este días después de su confesión televisiva. Ana Orantes, una mujer que provocó un cambio legislativo ya que su caso fue el germen para el diseño de la ley de violencia de género, aprobada en 2004.
Raquel, que acompañaba a su madre en el programa de Canal Sur, no ha parado desde entonces de difundir un mensaje de paz contra el machismo y ahora presenta, junto a la periodista Irma Soriano, y todo el equipo de mujeres que ha escrito y editado este libro de relatos, ‘Hijas del miedo’, por primera vez en nuestra provincia en la sede de la Diputación de Granada, el próximo jueves 15 de mayo, a las 19h.
El libro compuesto por cuatro partes: La infancia no se toca, ¿Qué llevaba puesto?, Las que están, Las que ya no están, ha sido prologado por Raquel Orantes y escrito por las juezas Ana Fernández, Cira García, Victoria Rosell, Cristina Meré, Ana Libertad Laliena y Flor de Torres, integrantes de la Asociación de Mujeres Juezas de España; todas ellas estarán presentes en el acto de presentación que contará con la presentación de la periodista Irma Soriano y será de modalidad presencial.
La Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE), promotora y editora del libro, se centra en la defensa de los derechos de las mujeres y de los menores con el objetivo de ayudar a mejorar su nivel de vida, promocionar y defender sus derechos ante la constatación de una generalizada desigualdad por razón de género, así como la existencia de violencia frente a las mujeres y las niñas.
Raquel Orantes nos cuenta en una entrevista para este blog de ‘Igualdad en Granada’ que su vínculo con el proyecto surgió a raíz de su amistad con la periodista Irma Soriano, «Irma y yo hemos seguido conectadas desde entonces y el año pasado me escribió para decirme que una jueza se quería poner en contacto conmigo porque desde la Asociación de Juezas de España se había escrito un libro de relatos y les haría mucha ilusión que yo participara en el prólogo, que escribiera algo para la obra, que era como poner el lazo perfecto para ese libro que está basado en relatos reales de experiencias de violencia machista».
Relatos de obligada lectura
Raquel describe el tono elegido para su prólogo, «desde el cariño hacia la figura de mi madre. Me gusta muchísimo escribir, las palabras casi las tenía antes de que me lo propusieran. Cuando conocí el contexto, recogido en este libro de relatos maravillosos, me motivó todavía más. Creo que esta obra debería de ser de obligada lectura porque es un libro tremendamente duro, pero demuestra que: si cuando terminas de leerlo no eres capaz de empatizar con la víctima, estás hecho de otra pasta». Raquel nos cuenta que el libro «va por la tercera edición, en un proyecto donde todos los beneficios obtenidos con la venta del libro están destinados a la lucha contra la violencia de género, a ayudar a Asociaciones cuyas causas AMJE estima que son válidas y valiosas. Estoy muy feliz de que haya llegado el momento de su presentación en mi ciudad, en Granada, ha sido como cerrar el círculo y estoy muy agradecida a la Diputación de Granada por la cesión del espacio, siempre se me ha dado la mano en la institución».
Por supuesto, el prólogo de Raquel habla de la historia de Ana Orantes, «cada vez que que verbalizo cualquier palabra la pienso, la medito mucho. Porque para mí el único sentido que tienen todas las palabras y todo lo que sale de mi boca es seguir rindiéndole homenaje y que su memoria no muera nunca. Son ya 28 años que llevo de lucha desde que mi madre fue asesinada. Si con este libro y con su historia conseguimos salvar vidas, la lucha desde luego será victoriosa».
Raquel dice sentir una obligación moral hacia hacia su madre, Ana Orantes, «porque su asesino quería silenciarla con su asesinato; y tanto mis hermanas como yo teníamos muy claro que eso jamás ocurriría, y así se inició ese camino. He estado y he viajado por muchísimos países, conociendo la voz y las experiencias de otras mujeres; como en Palestina, Argelia, el Sáhara, como en Ciudad Juárez. Todo eso me ha enriquecido, me ha me ha hecho apreciar también en determinado momento lo afortunados que somos, porque tenemos una vía democrática para conseguir esa libertad real que debería de existir; y entonces todo esto me ha hecho un poquito más fuerte. Tengo momentos de debilidad, como cualquier ser humano. Pero ahí la tengo, sé que mi madre siempre está presente y en los momentos de bajón siempre consigue iluminarme. Porque es mucha más la luz que la oscuridad».
Lo importante es que todas caminemos juntas
Raquel agradece la fortuna de las palabras que siempre recibe de consuelo, de apoyo, de gestos de todo el mundo, «te puedo decir que mujeres y hombres me dicen que mi madre ha sido un referente, expresan el amor y el respeto profundo que tienen a su figura y hacia la mujer. Eso también da validez también a todo este camino, un camino muy ancho. Hay personas que sufren micromachismos, otras con más intensidad, hay una una amplia gama de violencias machistas contra las que combatir, lo importante es que todas caminemos juntas».
Volvemos a los relatos del libro «casos donde las juezas han impartido justicia». Raquel considera los relatos «tremendamente sensibles y potentes», y recomienda a las personas interesadas a que se acerquen a las librerías. El libro también se podrá adquirir en el acto del jueves en un punto de venta habilitado con este motivo. «Todos los relatos coinciden en una forma de entender la violencia desde dentro, desde el sistema y nos sorprenden porque dan un giro que te plantea que esto que te están contando te está pasando a ti o te puede pasar a ti, y es tremendamente duro pero me parece necesario ya que parece que no tenemos sensibilidad más que cuando las cosas nos tocan muy de cerca; y si no tienes a alguien cercano, amigo o familiar que sufre violencia de género, parece que no es nuestro», reflexiona Raquel, que afirma que no se cansará de decir la palabra empatizar, «creo que es precisamente lo que falta en este mundo, empatía. Simplemente cuando uno es capaz de ponerse en la piel y en el momento de esa persona, sentir ese sufrimiento y la lucha que hay detrás». Advierte que el libro se tratan casos tremendamente duros, «Que no van a dejar impasible a nadie donde mi prólogo es simplemente una pequeña pincelada dedicada a mi madre».

Raquel nos cuenta que en este momento todavía nos queda mucho camino que recorrer, «Y es que el patriarcado, el machismo, existe tanto en hombres como en mujeres, y tenemos muchas sensibilidades que tocar y hay mucho que cambiar todavía, pero siempre debemos ser optimistas. Por lo menos tenemos la posibilidad de alzar la voz, que hace 50 años no teníamos; que estamos en nuestro pleno derecho de seguir luchando contra aquello que nos parece injusto. Y por supuesto tenemos que apoyar a todas esas mujeres que no son escuchadas tanto sea por un juez como por una jueza. El machismo no entiende de clases sociales, de estatus, simplemente una jueza no puede ser machista. Eso es lo que hay que detectar y empezar a cambiar y entre todos señalar comportamientos que no nos parecen adecuados, que no están a la altura de algo tan respetable y común como proteger la vida de los hijos e hijas de mujeres maltratadas o de mujeres que acuden a un juzgado a que se las proteja. En España hemos sido pioneras en defender los derechos de las mujeres y debemos caminar en ese sentido, no dar pasos hacia atrás», concluye Raquel Orantes.