Igualdad en Granada

Lavaderos de Sorvilán: las memorias de sus mujeres en las piedras del proyecto HUellas

Presentación de la creación artística de HUellas Sorvilán.

El lavadero fue, durante generaciones, un espacio central en la vida de las mujeres de Sorvilán. HUellas, un proyecto de la delegación de Bienestar Social, Igualdad y Familia de la Diputación de Granada, recupera esas voces, memorias, de esas piedras que contienen lo sostenido y lo quebrado, lo transmitido y lo silenciado. En ellas, la historia de las mujeres se convierte en creación, en un gesto artístico que transforma la memoria cotidiana en patrimonio compartido. 

Sorvilán es una localidad situada en la parte oriental de la comarca de la Costa Granadina. A orillas del mar Mediterráneo, este municipio limita con los de Polopos, Torvizcón, Albondón y Albuñol. La historia de Sorvilán se inicia posiblemente en los durante los siglos X o XI, cuando ya existía como alquería. Se estableció en esta época el sistema de riego característico de la comarca: nacimientos de agua que llenan albercas desde donde se conducen a la tierras de cultivo a través de acequias. Probablemente el cultivo del viñedo ya estuviera introducido aunque destinado a la producción de uva de mesa y pasas. Caminar por las estrechas calles de Sorvilán es como adentrarse en un cuento de épocas pasadas. Sus casas blancas, exudan el encanto de los pueblos andaluces. 

En Sorvilán, el lavadero fue, durante generaciones, un espacio central en la vida de sus mujeres. Allí, las niñas acompañaban a sus madres y abuelas. Primero jugando junto al agua; más tarde, repitiendo sus gestos, se incorporaban a las tareas del lavado. Era un lugar “de mujeres”, de trabajo, de esfuerzo y dedicación, y también de comunidad. Un espacio tradicionalmente femenino donde se compartían anhelos, sueños, bodas, nacimientos y duelos.

Una de las tradiciones más recordadas era la de las bodas: la novia compraba la lana al pastor y se reunía con sus amigas para lavarla juntas en el río. Entre risas y conversaciones, la extendían al sol y después la cargaban hasta la casa, donde la limpiaban de pinchos en largas veladas compartidas. En los nacimientos, se regalaba lienzo a la madre para confeccionar pañales; durante la menstruación, se lavaban los pañitos reutilizados. Así, cada ciclo vital encontraba su eco en las piedras del lavadero y en las aguas que lo recorrían.

@igualdadengranada El lavadero fue, durante generaciones, un espacio central en la vida de las mujeres de Sorvilán. HUellas, un proyecto de la delegación de Bienestar Social, Igualdad y Familia de la Diputación de Granada, recupera esas voces, memorias, de esas piedras que contienen lo sostenido y lo quebrado, lo transmitido y lo silenciado. En ellas, la historia de las mujeres se convierte en creación, en un gesto artístico que transforma la memoria cotidiana en patrimonio compartido. Un proyecto de la @Diputación de Granada con la colaboración del Ayuntamiento de Sorvilán #huellassorvilan #huellasmujeres #mujeresrurales ♬ Emociones Del Fondo Musical – DJ Ariane Prod

La memoria de este lugar es también sensorial: el olor del jabón de sosa casero, el agua que se teñía con la vendimia o con los paños de parto; las telas blancas ondeando al viento junto a la ropa de los vecinos, y de las vecinas.

Las mujeres del equipo de investigación de este proyecto de recuperación de la memoria de sus ancestras de la delegación de Bienestar Social, Igualdad y Familia de la Diputación de Granada, recuerdan con precisión los sitios donde iban a lavar: Los Álamos, el Barranquillo del tío Moreno, Las Majas, la Fuente de Arriba, la Fuente de Abajo… En verano se acudía, sobre todo, a los barrancos y a Los Álamos; en invierno, a las fuentes donde el agua brotaba en pequeños chorros y se formaban pozas para lavar de rodillas. Cada lugar tenía su carácter, y todas sabían qué agua aclaraba mejor la ropa o qué fuente dejaba un olor distinto en los tejidos.

La instalación que han elaborado de forma colectiva reinterpreta esas memorias desde la materia: jugando con la simbología de las piedras, las piezas rinden homenaje a todas las mujeres de este pueblo. Se trata de “piedras” realizadas con cerámica que evocan las que antiguamente se utilizaban para apoyar las rodillas y lavar la colada. Algunas se muestran “tal cual” se las han imaginado las mujeres; otras tienen impresas huellas textiles; otras incorporan fibras naturales como la lana o el esparto, y algunas aparecen agrietadas. 

Cada piedra es un relato cargado de memorias femeninas, una metáfora del cuidado, del desgaste, de la transmisión y del silencio.

Estas piedras guardan huellas: de lo sostenido y lo quebrado, de lo transmitido y lo silenciado. En ellas, la historia de las mujeres se convierte en creación, en un gesto artístico que transforma la memoria cotidiana en patrimonio compartido. 

Esta obra forma parte del proyecto HUELLAS, cuyo propósito es recuperar la memoria de las mujeres de la provincia de Granada, y que esta impulsado por la Diputación de Granada. Todo el material expuesto ha sido creado colectivamente por las mujeres de Sorvilán que ha contado con la dinamización de la artista textil Beatriz Constán.

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