Igualdad en Granada

Nuestro proyecto ‘Igualescentes’, seleccionado en un Foro de Buenas Prácticas a nivel nacional

‘Igualescentes’ ha servido de ejemplo en el «I Foro de Buenas Prácticas de Corresponsabilidad e intervención social con hombres desde un enfoque transformador de género» que se celebró este mes en Madrid organizado por la Fundación Cepaim y la red MenEngage Iberia

Nuestra delegación de Bienestar Social, Igualdad y Familia de la Diputación de Granada sigue de enhorabuena, cosechando el trabajo realizado durante varios cursos escolares con el proyecto Igualescentes. Esta vez, la iniciativa ha sido seleccionada en el  I Foro de Buenas Prácticas de Corresponsabilidad e intervención social con hombres desde un enfoque transformador de género que se celebró en la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Complutense de Madrid y fue organizado por la Fundación Cepaim y la red MenEngage Iberia.

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Jose Luis Orantes, técnico de la delegación de Bienestar Social, Igualdad y Familia de la Diputación de Granada en la exposición de la metodología del proyecto ‘Igualescentes’ en el Foro de Buenas Prácticas.

La convocatoria de buenas prácticas recibió más de 40 propuestas de experiencias de una gran variedad de entidades privadas y públicas, incluyendo de otros países, e Igualescentes fue una de las 24 seleccionadas. La jornada recibió el seguimiento de RTVE y está previsto que el 16 de junio se emita un resumen en el Programa ‘Objetivo Igualdad’ en el que se incluirá el proyecto Igualescentes. 

Artes escénicas como herramientas para la reflexión

El proyecto Igualescentes es una propuesta de trabajo creativo y grupal, impulsada por el servicio de Igualdad de la Diputación de Granada, con la que se pretende sensibilizar a jóvenes y adolescentes en materia de igualdad entre los géneros utilizando el teatro, la escritura, la expresividad corporal y, en general, las artes escénicas como herramientas para la reflexión. 

Este proyecto nació en el año 2011 entre oficinas y conversaciones informales, fruto de varias circunstancias que nos llevaron a plantearnos la búsqueda de nuevos enfoques y herramientas para, por una parte, implicar a los y las adolescentes en materia de promoción de la igualdad entre mujeres y hombres; ayudarles a desmontar mitos, prejuicios y estereotipos respecto a este tema así como, hacerles partícipes directos de estas reflexiones. Por otra parte, queríamos utilizar recursos innovadores de aprendizaje y reflexión con los que se pudieran motivar y desarrollar su potencial creativo. Así comenzó a plantarse una semilla cuya tierra se ha ido abonando con cuatro elementos fundamentales que, a priori, nos pareció que podrían cubrir nuestras expectativas: la adolescencia vista como una oportunidad, las artes escénicas, la educación y la promoción de la igualdad de género. 

Poco a poco, el proyecto ha ido creciendo, tanto en cantidad como en calidad de las intervenciones. Lo más enriquecedor de todo este camino ha sido el poder comprobar cómo, lo que comenzó siendo un camino lleno de incertidumbres, ha ido tomando forma de certezas en muchos aspectos, especialmente, en lo referido al proceso vivenciado por el alumnado, así como a las impresiones y conclusiones que nos devuelve el profesorado que, tras la puesta en marcha del proyecto en su centros, nos confirma las ventajas de utilizar las artes escénicas como herramienta de aprendizaje con el alumnado: porque les motiva, les abre caminos para descubrir otras formas de aprender sobre la realidad, porque desarrolla competencias básicas que complementan lo trabajado en otras materias; porque les permite “ponerse en el lugar del otro”, y porque favorece la reflexión y el análisis de cuestiones cotidianas, reales y cercanas.

Igualescentes nos permite escuchar las voces de los y las protagonistas, adolescentes. dándoles un espacio y comprobando cómo se implican con su entorno. Ellos y ellas descubren habilidades creativas y exploran sus capacidades expresivas en relación al cuerpo, la voz, el ritmo, o la ocupación del espacio; además, son más conscientes de la desigualdad y de la realidad que les rodea, conocen otras facetas de su personalidad, aprenden a escuchar “a la otra persona”, y a respetar las opiniones de la gente que les rodea, a trabajar en equipo hacia un fin común, y descubren cómo el teatro, y las artes escénicas en general, pueden ser un motor para promover cambios a nivel social. 

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